La "Fiesta de Despedida" pertenece al genero de películas que no estará en una cartelera comercial porque trata un tema sobre el cual seguramente no queremos hablar, aunque todos lo experimentamos con un nivel variable de cercanía. El tema central es la actitud de un grupo de ancianos en una residencia de mayores israelí en la recta final de su vida. Entendiendo como tal personas de mas de 70 años que han decidido vivir en una residencia en lugar de con sus propios familiares. Es una situación, para quien pueda abordarlo económicamente, cada vez mas plausible y distinta de la que generalmente hemos experimentado en España hasta hace poco, donde las personas ancianas vivían casi siempre con sus hijos.
Si bien el tema central parecen ser las "decisiones eutanásicas"
tomadas por este grupo de ancianos, el debate es mucho más profundo. La
eutanasia es solo una forma mas de decir "basta, no puedo mas", y en
la película se plantea como una forma de amor, piedad y compasión. Sentimientos
de los "otros" frente a la soledad de la persona "que ve o cree
ver cercana la muerte", o su transformación en una persona distinta a la
que era cuando sus facultades estaban plenas.
La realidad que expone la película es la de cada vez mas millones (sí,
millones) de personas, en casas familiares o en residencias, donde la esperanza
de vida puede alargarse mas allá de lo que muchas personas afectadas desean o
podrían desear si estuvieran conscientes, y el drama de sus familiares que ven
y sufren el deterioro de sus seres más queridos. Hace reflexionar sobre la
vida, y la vida no ha de ser solo aquella que se recuerda con alborozo. Hay una
parte de la vida menos "amable", pero que también forma parte de la
vida, aunque muchos se cuestionen si eso es vida. Y a tenor de los
avances médicos, puede ser una parte creciente de la vida.
Es un tema difícil, porque la vida o es toda, y ello quiere decir bajo
cualquier circunstancia mientras el corazón lata o pueda latir, o dónde esta el
límite y quien pone el límite. En esta película-ficción, el límite lo pone el
paciente, que aprieta un botón de una máquina que le deja morir. Pero, es esa
una decisión que debe tomar el anciano en fase terminal? No es ello tan
suicidio como cuando una de las protagonistas toma una sobredosis de pastillas
al ver como va perdiendo la memoria y se va quedando como "una concha
vacía" (son sus propias palabras).
Siendo un tema extraordinariamente duro, la película se enfoca
inteligentemente con toques de ironía y en un "entorno ideal" dentro
del drama que implica ver como poco a poco se van apagando las vidas de amigos
y seres queridos. También refleja el caso en una sociedad avanzada como la
israelí, longeva, y rica. La residencia en la que viven es claramente la que
cualquiera desearía tener llegada la situación si pudiera pagársela. No tiene
nada que ver con la estampa de la mayoría de residencias de ancianos, las
situaciones que se ven, o con los dramas silenciosos que muchas familias tienen
en sus propias casas viviendo con familiares mayores en fases de fuerte
deterioro. La "Fiesta de Despedida" trata en primera página la
pérdida de memoria por Alzheimer, el cambio en la personalidad, que supone un
desgarro para quien lo sufre y no menor para los seres queridos que lo ven y lo
sufren mientras la persona se va deteriorando.
Surge la reflexión de que el sistema medico no tiene otra
"instrucción" que la prolongación de la vida hasta un límite, donde
de común acuerdo con los familiares, ya no tiene sentido y entra en fase de
paliativos hasta la muerte. No puede existir un protocolo automático de acción.
Aparentemente y salvo que se haya realizado un testimonio en vida, un protocolo
de muerte, donde la persona establezca bajo qué circunstancias futuras no
desearía seguir viviendo. Pero me pregunto si ello es aun así legitimo.
Opinaría esa persona lo mismo, si pudiera expresarse, llegado el momento, que
cuando hizo su testamento en vida? Es moralmente aceptable?
Otro aspecto es el coste económico de estas situaciones, tema
extraordinariamente importante, puesto que el coste será creciente, de una
parte por el cada vez mayor numero de personas ancianas, y de otra parte la
capacidad de la medicina de extender la vida hasta el limite del aguante
humano. En términos relativos, muy pocas personas son capaces de planificar
económicamente los gastos para esa fase, con lo cual es el Estado, y al final todos, los que hemos de contribuir
con los impuestos a la piedad social que demanda la atención de estas
situaciones. Ciertamente este debate no se plantea en la película, donde
los protagonistas parecen no tener problemas económicos.
Finalmente, la reflexión religiosa frente a la vida y la muerte también
está implícita en la película al reflejar la circunstancia de unos jubilados
israelíes. El foco de la religión judía está en lo que se puede hacer en la
vida y no tanto en la fase posterior a la muerte, donde cada religión tiene sus
creencias. Se adjunta link de la perspectiva judía ante la muerte.
Si pudiéramos describir en pocas palabras la película “La fiesta de
despedida” diríamos que es una película valiente, que de forma parcial pero
correcta, toca un tema trascendente para las personas y la sociedad en su
conjunto.
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