El título en español "El dilema de las redes" define menos la trascendencia del impacto que las redes están causando que su título en inglés "The social dilemma", porque éste pone el énfasis en la disyuntiva social en que estamos ahora como consecuencia de la invasión de la tecnología en nuestras vidas. A través de nuestro uso de internet, muchos miembros de la sociedad estamos cambiando sutilmente nuestros comportamientos y preferencias, no como consecuencia de decisiones tomadas por el libre albedrío individual, sino por la manipulación invisible de nuestra voluntad por parte de algo o alguien.
La manipulación de las voluntades no es un fenómeno nuevo a lo largo de la historia, pero sí lo es la escala a la cual hoy se produce por la pervasividad de la tecnología (la tecnología está en casi todas nuestras aciones). Pasamos más tiempo conectados a redes y dispositivos del que quizá muchos pasaban leyendo libros o periódicos (otras formas de construcción del criterio o personalidad, sin el carácter social de las redes actuales).
Esto ha dado lugar a lo que se llama economía de la atención, ya que las redes sociales ganan dinero monetizando nuestro tiempo de conexión. Durante ese tiempo, les estamos regalando nuestros datos (horas de conexión, temas preferidos, nuestras opiniones, nuestros contactos, ...), lo que alimenta una interminable base de datos donde algoritmos de inteligencia artificial cada vez más predicen mejor lo que nos gusta, incluso antes de que nosotros seamos conscientes de ello. Nuestros datos se venden a anunciantes de todo tipo, desde quien quiere vendernos un producto o una idea. Así ganan dinero las redes, alguien paga a los dueños de las redes por nuestros datos, porque la precisión de las campañas de marketing por internet es quirúrgica: cada persona tiene una campaña a su medida.
Por tanto, nuestra navegación en internet cada vez más se ajusta a los que nos gusta, sin que ello signifique que nosotros lo hemos decidido. Las consecuencias de esto en procesos de construcción de personalidad son gravísimas.
Hay que entender que "The social dilemma", hace referencia a un concepto más amplio que las redes. Por ejemplo, los buscadores de internet como Google o Safari no son fuentes objetivas o únicas de información, sino que ante una misma consulta darán resultados distintos para distintas personas, de la misma forma que Netflix, HBO o Amazon nos presentan pantallas distintas en función de nuestro historial de navegación.