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sábado, 3 de junio de 2017

Norman


No es fácil encontrar películas que relaten la intimidad de la trama judía de relaciones y quizá es la primera impresión del espectador que visiona “Norman”. En esta tragicomedia aparentemente imposible el casi patético Norman, que al principio puede parecer como parte de un decorado más amplio, va ganando protagonismo hasta que al final se adueña de la trama convirtiéndose en el anónimo personaje que permite que todo termine bien.

Sólo al final, y tras un largo sorbo de reflexión, puedes apreciar la inmensidad del papel de un “fixer” (conseguidor de favores) cuyo modelo de negocio se basa en la generosidad sin casi importar las consecuencias. Nada más inesperado en la meca del dinero, Nueva York, y de ahí parte de lo increíble de esta trama.

El título original en inglés explica perfectamente la historia de Norman. “The moderate rise and the sharp fall of a New York fixer”. Norman se beneficia poco de su éxito, al menos para lo que entendemos habitualmente como tal, y sin embargo, paga muy caro al final su continua cadena de favores. En ese mundo las personas actúan siempre por un motivo y con un objetivo, y el dinero suele ser un importante factor en el mundo de los “fixers”, pero no parece ése ser el que mueve a Norman.

viernes, 4 de noviembre de 2016

"Un Monstruo Viene a Verme"

Podríamos decir que la vida nos va convirtiendo en adultos a medida que afrontamos los momentos más difíciles. Uno de ellos es sin duda el ver pasar a un ser querido. Por esto, es una película de como afrontar la madurez de la vida donde el protagonista es un niño. El aparente centro de gravedad es la tristeza, la soledad, el agobio de un niño que se enfrenta a la situación difícil de sentimientos que genera la agonía de la madre, enferma irreversible de cáncer. El cielo plomizo, ambiente húmedo y solitario de las zonas aledañas de Manchester contribuye a redondear el ambiente opresivo que Connor respira día a día.

Es una alegoría gráfica e imaginativa de las lecciones que Connor ha de aprender para asumir sus propios problemas. Problemas de aceptación de su yo y de su realidad, problemas que no dejan de crecer hasta que el tejo milenario de la colina, reconvertido en monstruo, viene a hablarle en forma de historias de los valores profundos que nos permiten reconciliarnos cpn nosotros mismos y desarrollarnos mejor en la vida. Es una alegoría que nos recuerda el poder curativo de las historias sin moralejas. Podríamos decir: "dame una buena historia y conquistaré el mundo"