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sábado, 16 de mayo de 2020

El festín de Babette

"El festín de Babette" fue la película ganadora en 1987 al Oscar a la Mejor Película en lengua extranjera (no inglesa) y se basa en el cuento homónimo de Isak Dinesen (Karen  Blixen), la autora de la también galardonada y más conocida "Memorias de Africa". La película fue producida con fondos del Instituto de Cine de Dinamarca y su presupuesto fue tan escueto que podemos extraer una primera conclusión: no es fácil hacer y decir tanto con tan poco y de forma tan sencilla y compleja al tiempo.

"El festín de Babette" es un cuento con muchas moralejas (para ver la trama del cuento leer aquí) que se sitúa en la Dinamarca de la última mitad del siglo XIX, en un pequeño pueblo en la costa de Jutlandia donde el centro de la vida social gira en torno a una comunidad puritana y la personalidad de su pastor predicador. En los crudos y ventosos paisajes de esta costa la nota de color la ponen sus dos bellas hijas, Martina y Phillipa, piadosas y virtuosas como el padre las ha enseñado, primero deseadas por dos jóvenes locales y luego por dos jóvenes foráneos (el cantor frances Achilles Papin y el teniente Lorens Loewenhielm) que no encuentran la forma de conectar con ellas. La música y el canto comunitario, tan presentes en las sociedades del norte, se expresan en el virtuosismo de las dos hermanas. Sorprende el desapego por lo terrenal que se exhibe en la comunidad, la frugalidad de su vida y la sensación de colectividad tan distinta del individualismo de las sociedades del sur de Europa. 

Es una hermosa historia de contrastes, de diálogos cortos pero llenos de profundidad, tristeza y aceptación, en perfecta armonía con los paisajes de la zona. En sus tonos grises y azulados y en su monotonía está su sencillez y su belleza. Sin más complicaciones. La vida con un sentido profundo de las cosas que importan: lazos de asistencia, en los que las sociedades nórdicas son modélicas liderando hoy los rankings mundiales de felicidad según el World Happiness Report.

sábado, 3 de junio de 2017

Norman


No es fácil encontrar películas que relaten la intimidad de la trama judía de relaciones y quizá es la primera impresión del espectador que visiona “Norman”. En esta tragicomedia aparentemente imposible el casi patético Norman, que al principio puede parecer como parte de un decorado más amplio, va ganando protagonismo hasta que al final se adueña de la trama convirtiéndose en el anónimo personaje que permite que todo termine bien.

Sólo al final, y tras un largo sorbo de reflexión, puedes apreciar la inmensidad del papel de un “fixer” (conseguidor de favores) cuyo modelo de negocio se basa en la generosidad sin casi importar las consecuencias. Nada más inesperado en la meca del dinero, Nueva York, y de ahí parte de lo increíble de esta trama.

El título original en inglés explica perfectamente la historia de Norman. “The moderate rise and the sharp fall of a New York fixer”. Norman se beneficia poco de su éxito, al menos para lo que entendemos habitualmente como tal, y sin embargo, paga muy caro al final su continua cadena de favores. En ese mundo las personas actúan siempre por un motivo y con un objetivo, y el dinero suele ser un importante factor en el mundo de los “fixers”, pero no parece ése ser el que mueve a Norman.