Mostrando entradas con la etiqueta Herencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Herencia. Mostrar todas las entradas

sábado, 7 de septiembre de 2019

La noche de las dos lunas

Si como muchos libros las películas son fuente de mensajes y nos hacen reflexionar, ésta es una película para muchas personas, si nos quitamos los arquetipos de los prejuicios y las etiquetas. Si reconocemos que todas las historias que nos cuentan no contemplan ni toda la verdad ni todos los casos. Si admitimos que cada director tiene sus propias formas de retratar la realidad que él quiere. Después de analizar lo que la película nos transmite, seguramente hemos renovado o fortalecido nuestra propia reflexión u opinión previa al respecto.

“La noche de las dos lunas” es casi un relato onírico de una historia real trufada en su realización y trama para hacer que el espectador se retranque en la butaca y navegue sobre el lento desarrollo de esta cinta.

Construida con un mimo estético y una preciosidad improbables sobre un Caracas imaginario, “La noche de las dos lunas” nos sumerge de lleno en el debate de la paternidad o podríamos decir mejor maternidad.

¿Es "más madre" la gestante del recién nacido o aquella que más lo desea y lo pierde por un error improbable de una clínica de fertilización? ¿Es "ser madre" más un hecho biológico o un sentimiento? ¿Refuerza el sentimiento materno el ser madre biológica? Hay muchas mejores madres por adopción que por naturaleza. Ser madre es un regalo biológico que la naturaleza ha otorgado a la mujer, pero para saber ser madre hay que cuidar y educar ese sentimiento de amor y ayuda para que florezca y crezca la nueva vida durante su andadura.

¿Y qué opinan los hijos? ¿No somos todos también "arte y parte" a la hora de decidir cómo sentimos a nuestra madre y quien es nuestra madre? Todos hemos sido hijos biológicos y por tanto sabemos lo que es una madre, o desgraciadamente algunos puede que no hayan tenido la ocasión de conocerla o poderla sentir como tal. Sí parece demostrado que en el equilibrio de la personalidad contribuye fuertemente el haber tenido una “paternidad” ponderada, con valores suficientes y también aportada por parejas heterosexuales, aunque es probable que no haya suficiente historial para ser concluyente en este punto.

viernes, 13 de mayo de 2016

"El Olivo"

"Yo no puedo vender el olivo, no tiene precio, no es mío, estaba aquí cuando nací y estará aquí cuando muera, sólo he sido su dueño durante el tiempo de vida que me ha tocado..."

Así habla el abuelo de una familia en un pueblo del interior de Castellón, tierra rica en olivos milenarios, ante la insistencia de los hijos para que un olivo de la familia ("el monstruo") se venda a un intermediario que a su vez lo colocará en algún lugar ornamental en Europa pagando a la familia 30.000 euros. Podría ser la historia de muchas familias en España, que por unas monedas arrancan las raíces de su historia para suplantarlas con un nuevo edificio, una urbanización o un restaurante que les permitirá incorporarse a la élite económica y social de su pueblo o ciudad. Parece que el dinero es capaz de ponerle precio a todo, incluso a los sentimientos y al sentido de toda una vida, es la sensación que queda en la sociedad mercantilista en la que hoy nos encontramos. Época de cambio de valores, de tradiciones, pero donde no todo el mundo yerra confundiendo precio y valor. 

Es el caso del abuelo, que siente que arrancar el olivo es privarle de su conexión con la vida, de su propio sentido de existencia. Siente que ha traicionado al olivo al no poder protegerlo ante la presión de la familia para venderlo. Su vida queda sin sentido cuando el olivo es arrancado. Su vida se marchita como una rama seca, ya no necesita agua, ya no necesita comida. Y sus hijos no entienden que el problema no se soluciona con comida ni con bebida, la savia de la vida está abandonando al abuelo.