Esta película plantea dos relatos alternativos de cómo se
desarrolla una cena entre amigos, cuatro hombres de edad madura de un equipo
local de futbol y las parejas de tres de ellos, en dos escenarios. En el
primero de dichos escenarios, al comienzo de la cena uno de las comensales
propone compartir con todos los demás el contenido (llamadas, mensajes…) que
surjan durante esa cena en los teléfonos móviles de todos; en el segundo
escenario, dicha propuesta también se plantea, pero es descartada.
El primer escenario plantea las implicaciones de que cada
una de las personas acceda a “desnudarse” durante esa noche frente a los demás,
no en el aspecto físico pero sí en al menos una parte de su intimidad, de sus
aristas más oscuras, lo que puede resultar bastante más incómodo y
comprometedor como se puede ver a lo largo de la película.
En el
relato del primer escenario aparecen mensajes o llamadas en los teléfonos
móviles de cada uno de los siete comensales, progresivamente mas incomodos,
poniéndose de relieve intimidades de cada cual que eran completamente
desconocidas para los demás… de ahí el título tan acertado de la película. Esas
intimidades comprenden desde incomunicación en la pareja, infidelidades,
relaciones conflictivas con hijos, con abuelos, temas de género… y al ser
compartidas por los comensales también son valoradas ética y moralmente por
ellos…y por los espectadores, claro. De hecho, alguien comentó cual podría ser
esa valoración ante una audiencia más joven. Lo que acontece a lo largo de la cena, y especialmente cómo termina, puede verse más
como un drama, a pesar de muchas anécdotas cómicas por el camino. También
surgió algún episodio muy reconfortante, incluso emocionante para muchos, como la conversación
entre padre e hija adolescente.
Algunas preguntas que surgen: ¿Queremos
realmente conocer todas las intimidades de nuestras parejas? ¿Merece la pena?...
¿O es mejor confiar?