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sábado, 15 de enero de 2022

El contador de cartas

 
"El contador de cartas" es la última película del director Paul Schrader, seguramente recordado por muchos por películas como "Taxi Driver" y "Toro Salvaje". Hay que entender los orígenes de Schrader para comprender su cine: nació en una familia calvinista, con un estilo de vida lleno de prohibiciones, y sus guiones están repletos de esos sentimientos no expresados. Sexo, violencia, sordidez, amargura, desencuentro o trastornos son el trasfondo frecuente que usa.

Y lo vuelve a ser en "El contador de cartas", una historia de los traumas de las guerras de Irak y Afghanistan, desde la perspectiva de los ganadores vencidos, en el escenario lógicamente imaginario pero realista de las cárceles de Abu Graib y Guantánamo. Una experiencia que enajenó a personas de la misma forma que el holocausto enajenó a muchos verdugos alemanes. 

En el actor principal el eje es el trastorno obsesivo-compulsivo que padece, producto de una condena expiatoria en una cárcel federal cuando salieron a la luz las torturas en dichos centros, que tuvieron consecuencias, como siempre, en los verdugos funcionales, no en los inspiradores que orquestaron su existencia y su dirección. Es la época de George Bush hijo como presidente de EEUU con su secretario de defensa Donald H. Rumsfeld. 

El trastorno obsesivo-compulsivo se manifiesta en un metodismo y ritualismo que preside la vida buscando el orden y el perfeccionismo. Es una lucha para vencer los demonios interiores de la sensación de culpa o fragilidad, hasta para evitar la locura. El conteo de cartas en la película parece ser una consecuencia de esa sistemática que permite observar los lances del póker con mayor concentración y habilidad que el resto de jugadores.


sábado, 20 de junio de 2015

"Phoenix"

Es difícil ser original tratando de hacer una película sobre el Holocausto o la masacre sobre el pueblo judío durante la segunda guerra mundial. Muchas y muy buenas películas se han hecho al respecto como "La Lista de Schindler" o "La vida es bella" por citar unas pocas. Por eso, cuando uno va a ver "Phoenix" y lee una breve reseña se imagina que estarán mucho más presente las escenas y momentos del horror retransmitido.

Pero no es el caso. Ni un solo uniforme nazi, ni campos de concentración, ni multitudes de judíos en los campos del horror y siendo masacrados por las SS, torturados por la Gestapo o humillados por la población nazi.