viernes, 8 de mayo de 2015

"Pride"

"Pride" es una sinfonía de personajes deliciosa dentro de un ritmo de acontecimientos que te transporta en volandas desde el comienzo hasta el final. La película tiene algunos momentos “lentos”, pero la secuencia es tan atractiva que te mantiene concentrado hasta el final. 

Ambientada en el Reino Unido de 1984 en pleno mandato de Margareth Thatcher, escenifica las consecuencias del proceso de desmantelamiento de la industria minera, momento también de la lucha del  colectivo “gays y lesbianas” por ver reconocida su identidad sexual en la conservadora sociedad británica de los años 80. Mineros de una parte, gays y lesbianas de la otra, dos colectivos que luchan por su futuro ante un poder que les aboca a un cambio de vida cuando no les margina directamente.

Es una historia donde afloran muchos sentimientos. Amor, amistad, liderazgo, colaboración, solidaridad, orgullo y prejuicio son solo algunos de los que se admiran en la enorme panoplia de personajes de Pride y que el espectador observará en las casi dos hora de la película.


Es posible que la película idealice las motivaciones y representaciones para hacerla más atractiva, pero no por ello deja de motivar profundas reflexiones. El amor y la lucha por la identidad propia es evidente en ambos colectivos, y es magnífica la representación de la vida comunitaria en el pequeño pueblo de la comarca galesa, las redes de ayuda y colaboración que la población crea para protegerse ante las amenazas a su modo de vida. Sus banderas y asociaciones son reflejo de profundas tradiciones locales. El solo de la cantante galesa en la fiesta de Navidad pone los pelos de punta. 

Impresionan los liderazgos personales de Dai y Mark, dos almas gemelas tocadas por profundas convicciones en torno a la ayuda al desfavorecido y el valor de la amistad, esa que se da sin esperar y que cuando se recibe de vuelta viene multiplicada en su rentabilidad. Uno y otro son líderes naturales, consiguen arrastrar y convencer con sensatez y pasión.

Como liderar con energía, ante las dificultades como cuando la asociación entre mineros y gais y lesbianas, inicialmente desapercibida para los tabloides británicos, es publicada con el eslogan “mineros y pervertidos”, de como una dificultad se transforma en oportunidad ante los los de un líder con visión y energía. Podría incluso hablarse de la visión de Mark creando un símbolo con el nombre GLSM (Gays & Lesbians Support the Miners) y concentrando todos los esfuerzos de su grupo en las acciones para recabar fondos para la comunidad minera. 

Orgullo y prejuicio se entremezclan en la película, la defensa de la identidad propia y de las convicciones, frente al pragmatismo de las mujeres de la comunidad minera, en muchos casos auténtico sostén de sus familias ante el paro forzado de sus maridos mineros. Frente a una causa perdida o enfrentándose al poder y la presión del día a día, hay toda una lucha de estereotipos en la reacción de los habitantes ante la oferta de ayuda desinteresada del colectivo GLSM. 

Solidaridad y colaboración son otros dos ejes centrales de la película. Frente a la soledad de cada grupo ante el rechazo o la indiferencia de parte de la sociedad, ambos encuentran en la solidaridad una cadena de unión que les lleva a apoyarse mutuamente. Son las redes de protección que permiten afrontar de mejor manera lo inevitable (la desaparición de un sector de la economía británica como el minero) o de alcanzar una comprensión mayor o reconocimiento como en el caso del colectivo de gays y lesbianas. 

La acusación de cierta hipocresía con la cual se etiqueta en ocasiones a la rancia sociedad británica contrasta con su transparencia y determinación para afrontar sus contradicciones y retos. No en vano el Reino Unido es hoy una de las sociedad más liberalizadas y abiertas del mundo, habiendo abordado transformaciones de su modelo productivo y social que la sitúan en la cabecera de los países punteros del siglo XXI. Y a ello no es ajeno la resolución de los problemas de la restructuración de la industria minera que aborda esta cinta ni su apertura al talento cualquiera que sea su identidad sexual. Una vez más, el cine nos recrea con hechos históricos relevantes que nos permiten entender el hoy como resultado del camino hasta la fecha.


Sin duda, una cinta valiente y valiosa donde la sociedad británica reconoce y analiza sus propias luchas internas, en un formato comedia que no por ello resta profundidad y atractivo a uno de los momentos más transformacionales de la sociedad y economía británica en las últimas décadas.



1 comentario:

  1. Me llamo mucho la atención como la llegada de los jóvenes al pueblo hizo de catalizador, se empezaron a sentir a gusto para tratar ciertos temas que llevaban callando años, uno de las personas del pueblo sale del armario, la mujer de uno de los matrimonios se siente empoderada para reinvicadar sus ganas de ir a la universidad ante su marido....en fin, además del devenir de la reivindicación, todas las historias paralelas y personales. Me encanto.

    ResponderEliminar

Sé constructivo siempre. Suma.