Esposa francesa abandonada por marido a los 50 que pierde trabajo, trata de
reinventarse en uno nuevo totalmente distinto, vuelve a vivir a la casa de sus
padres, que la siguen tratando como cuando tenía 20, y éstos a su vez, han hecho
de toda una vida juntos una forma de convivencia en la distancia de sus
pequeñas manías.
Chef portugués de cocina separado, que vive con sus padres y comparte
habitación con su hijo. Familia nuclear remanente donde la risa y la alegría
generan armonía. El chef ha vuelto a cambiar de restaurante.
Mujer y hombre que se encuentran, y como adolescentes se van descubriendo y
recuperan sensaciones de juventud: la risa, la ilusión de comenzar de nuevo,
pero con una mochila de experiencia que les hace apreciar lo que tienen. Por
encima de todo el amor, la sensación de que le importas de verdad a otra
persona y de que quieren pasar todo el tiempo posible juntos.
En formato comedia, los exigentes del género no le dan los parabienes de
triunfadora. Te ríes lo justo, pero es que el trasfondo no es el más propicio,
y quizá por ello, el director ha optado por no trivializar situaciones que cada
vez ocurren más y que para las personas que los sufren representan dramas en
sus vidas. Pero también el director prefiere ver el futuro con ilusión, porque
las edades que se consideran “maduras” no siempre encuentran un encaje
renovado, donde tras los frecuentes traspiés de la vida, podamos volver a
sentirnos como cuando teníamos 20 años menos. Hay que agradecer al director por
haber hecho una comedia en lugar de un drama. Eso permite al espectador ir de
menos a más, como también le sucede a la protagonista.