De partida, es una película compleja.
Son entendibles las sensaciones que provoca el esclarecimiento de los
hechos, partiendo de un rechazo general a las prácticas de abusos sexuales
toleradas por la jerarquía de la Iglesia Católica en Boston. Y es que la
Iglesia está formada a fin de cuentas por personas, con sus fortalezas y debilidades.
Pero es demasiado fácil y gratuito caer en la crítica generalizada por los
detractores de la institución eclesiástica, olvidando todo el sistema de
valores, principios y acciones positivas que la Iglesia ha desarrollado históricamente
y sigue desarrollando en todo el mundo. Hay manzanas podridas en todos
los sitios, incluso árboles, pero no podemos categorizar que todo el bosque
está contaminado.