Película de contenido actual, aunque
no trate un tema nuevo: La privacidad aplicada a las nuevas tecnologías, como
son las redes sociales o, en el caso que nos ocupa, El Circulo, especie de
secta digital, disfrazada de empresa tecnológica, donde la presión del grupo y
la manipulación de la realidad y sus consecuencias son lo que van a generar en
el espectador las reflexiones posteriores al visionario.
Película basada en un “bestseller” del
mismo nombre, aumenta en calidad por la maravillosa actuación de los
protagonistas: el siempre impecable Tom Hanks y la no menos brillante Emma
Watson.
Hay que destacar la falta de garra y
de emoción del guion. En algunos momentos incluso la falta de credibilidad hace
que el espectador dude si está asistiendo a un film de ciencia ficción. ¿Poner
cámaras en todo el universo?
El film plantea el tema de la
privacidad, cuestión súper interesante, sobre todo para los jóvenes. Hasta la
fecha, siempre hemos sido muy celosos de nuestra privacidad, pero actualmente,
las nuevas generaciones no le dan tanta importancia. Los jóvenes ven más normal
la falta de privacidad. La percepción, dependiendo de la edad, es diferente.
Hay que poner en valor las ventajas
e inconvenientes que tiene el desarrollo de la tecnología, pero por muchas
ventajas que pueda tener, el nivel de transparencia que pretenden implantar en
El Circulo, atenta contra la privacidad del ser humano. En el Círculo, esta
situación da vértigo. Se realiza un primer experimento con una nueva empleada
de la empresa, May (Emma Watson) donde en un principio ella no tiene sensación de ridículo, todo es
espontaneidad, todo es transparencia.
La situación llega a un punto en el
que May se da cuenta de la manipulación a la que ha sido sometida y de las
terribles consecuencias que se han derivado del desarrollo de este experimento.
No todo son beneficios, como les habían mostrado en la presentación del
proyecto. Es lo que intentan hacer creer a la protagonista, pero, en
definitiva, lo que se busca es el Poder.
Esto nos lleva a reflexionar sobre cuál
es el sentido último de la implantación a nivel global de los avances de la
tecnología, en esta ocasión, de poner toda tu vida, incluido los sentimientos a
disposición de toda la sociedad en su conjunto.
La segunda cuestión importante que
se desprende de la película es hasta donde nosotros mismos decidimos por
nosotros o por la presión del entorno. Nos encontramos ante escenarios que se
pueden prestar a la manipulación de las situaciones y de la sociedad en su
conjunto.
La defensa ante esto es sólo el
criterio individual. Para ello es muy importante aprender y transmitir a las
nuevas generaciones la importancia de la autonomía en su toma de decisiones,
así como la asunción de las responsabilidades derivadas de nuestros actos. Es
difícil atreverse a enfrentarse al grupo, atreverse a expresar qué es lo que no gusta o donde no está de
acuerdo, todo ello por la presión del grupo. ¿Qué capacidad tienes tú de decisión cuando te ves apoyado
por el grupo? Además, siempre hay que tener en cuenta que, aunque se tengan
criterios de actuación, estos bien pueden ser manipulados para encubrir las consecuencias, como
ocurre en la película.
En definitiva, el film refleja la
posibilidad de la utilización de la tecnología punta para fines perversos, el
control que se puede ejercer sobre las personas y sobre las masas, así como la
manipulación de personas y de situaciones. Estamos ante un debate del presente,
no de futuro. Y deja preguntas sin responder: el Poder, ¿Quién lo utiliza?
¿Quién tiene el control?
El final no está claro.
Autor
Esta reseña ha sido escrita por Blanca
Esta reseña ha sido escrita por Blanca
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé constructivo siempre. Suma.