jueves, 7 de diciembre de 2017

La Librería

"Dioses y animales comparten una cualidad común: el coraje"

Muchos son los méritos de esta dura cinta de Isabel Coixet que protagoniza Florence Green, una mujer de aspecto delicado pero de fuerte espíritu en la tradicional Inglaterra de la década de los 1950. Entonces se percibía omnipresente el poder de la oligarquía, hoy en día representada por la decrépita Cámara de los Lores. Y dentro de ella la mano caciquil de las clases dominantes locales en el día a día de la vida en pueblos y ciudades en la siempre vanguardista Gran Bretaña. Historias frecuentes de exterminadores y exterminados.

Se contraponen nítidos los perfiles en esta pequeña historia de la lucha por la supervivencia de Florence Green, una viuda de guerra enamorada de la soledad y de los libros, quizá su cura de nostalgia ante su marido ausente. Florence sabe que es distinta, abre su librería pese a la oposición de la aristócrata Gamart, elige con mimo y arriesga con valentía con los títulos que ofrece a sus clientes. ¿Podemos imaginar el valor liberador, hasta iluminador de los libros en una sociedad que sólo contaba con la radio y la prensa como medio para saber qué pasaba fuera de sus confines de proximidad?



Frente a la afrenta para la aristocracia local que supone la apertura no deseada de la librería - controlando la cultura se controla el pensamiento vemos actuaciones de traición y servilismo habituales en los caracteres leves de personas siempre a la venta al mejor postor. Personas a veces difíciles de detectar al principio cuando se es nuevo en la plaza, otras veces demasiado tarde para reaccionar porque el daño es ya irreparable.

La mano amiga del señor Brundish representa el apoyo que en ocasiones se encuentra en los momentos más difíciles. Maravillosa interpretación de un gentlemen británico, instalado en su invierno particular y apartado del mundo por decisión propia en Holt House, y que no comulga con las convenciones sociales de su posición. El señor Brundish conecta a través de los libros con La Librería y lucha a su manera hasta la muerte contra el establishment para ayudar a Florence.

La pequeña Christine representa el futuro. Niña lista y perspicaz que ayuda a Florence en su librería, más consciente que ninguno del equilibrio de fuerzas que rodea la situación. Christine no lee, pero sucumbirá al poder transformador de los libros y queda impregnada del valor ejemplar de las personas que eligen el camino de sus convicciones más profundas, luchando contra la mediocridad. Christine convierte La Librería en imperecedera aunque el edificio perezca en llamas. En La Librería gana la libertad aunque Florence pierde la batalla, pero Christine gana la guerra. La oligarca Gamart sólo obtiene una victoria pírrica y sucumbirá al olvido del tiempo.

¿Es mala la ira? Florence, Brundish y Christine protagonizan los arrebatos de ira ante la injusticia que cuestionan las costuras de lo establecido. Quizá no siempre triunfen, pero son el primer paso de rebelión ante la injusticia.


Más allá de la historia hablada, La Librería es un gran ejemplo de la historia a través de la visualización y la interpretación de sus personajes. Un retrato intimista no sólo de la vida inglesa en la campiña en la época, sino un perfecto acompañamiento de la trama de la pequeña historia con sus colores, silencios sólo perforados por el viento, paisajes de contraste, la dureza y la belleza desnuda de la costa inglesa.


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