Me voy a permitir una licencia ya que la película en cuestión se estrena en España este 1 de junio de 2018, fecha significada porque en el mismo día Pedro Sánchez se convierte en presidente del Gobierno de España por mor de la moción de censura constructiva que ha prosperado contra Mariano Rajoy, de suerte que podríamos decir que el primero mató políticamente al segundo. En cierto sentido, Don Quijote y Rajoy vivían en su propio mundo y se encontraron al final con una dura realidad que no comprendían o no previeron.
"El hombre que mató a Don Quijote" es un bodrio cinematográfico que usa la sorna y la comicidad para recordarnos al singular personaje de la obra cumbre de Cervantes, ya de por sí cómico en sus desventuras.
Hemos tenido suerte en esta ocasión, porque nos acompaña en la tertulia del cineforum Lucy Darwin, colaboradora del director de la película Terry Williams, y nos comenta de primera mano sobre los avatares de la producción original de esta película por el mismo director, cuya filmación comenzó en el año 2000, quedando frustrada por unas inundaciones donde se perdió el material original... La propia Lucy Darwin produjo el documental "Lost in La Mancha", que refleja las vicisitudes y dificultades que tuvo el rodaje de la película. Es lo único que quedó del intento de filmación en el intento original.
Ahora llega "The Man Who Killed Don Quijote", una versión casi psicodélica y surrealista de la historia del caballero de la triste figura, con su inseparable Sancho Panza en el papel de un Terry Williams convertido en escudero y que trata de recuperar su historia del año 2000, y que encuentra que sus protagonistas originales han tenido diferentes destinos. El escudero se convierte en el protagonista de la película, en el relator en el siglo XXI de las desventuras del aciago devenir de la historia original.
El actor original de Sancho Panza ya murió, la dulce Dulcinea se convirtió en mujer de suerte tras fallar su sueño original de ser actriz, y Javier el zapatero, que comenzó interpretando a Don Quijote porque tenía "una cara interesante", ha enloquecido definitivamente y ha sido atrapado por el personaje. Los habitantes del decrépito pueblo de Los Sueños se afanan para que Javier recupere la cordura. La llegada de un mafioso y sin escrúpulos millonario ruso como orquestador de la nueva producción acaba de redondear la hipérbole disparatada y compleja de esta película.
Don Quijote de la Mancha es posiblemente la obra española más conocida internacionalmente y al tiempo, seguramente insuficientemente conocida y reflexionada en la propia España. Aunque libro de lectura obligada en muchos colegios durante años, es una obra compleja que necesita explicación y reflexión. La propia compleja personalidad enajenada de Don Quijote, un hombre obsesionado por lucha contra la maldad y en defensa de los más débiles que ve gigantes donde hay molinos y caballeros amenazantes donde hay ovejas, refleja en su carácter extremo la propia lucha de las personas que no tienen claro donde están las prioridades, o qué es real o imaginado.
El que esta película haya sido obra de un no español "obsesionado" con España y con la personalidad de Don Quijote, el salto de mezclar imaginación con lo que pudo haber sido la realidad del relato al tiempo que se resaltan algunos de los tópicos por los que se identifica a España puede ser motivo de desencanto y hasta de cierto enojo para algunos espectadores, aunque en mi opinión la película no debería ser calificada por ello.
Quizá la película no da para más siendo estricto con una obra literaria cuyo epicentro son las desventuras hasta cierto punto divertidas de un hombre enajenado, pero es llamativo que este personaje y quizá muchos otros de la historia de España o de las letras y leyendas españolas no haya sido llevado a la gran pantalla por un cineasta local. ¿Hubiera producido una versión más fidedigna o alineada con la trama original de la obra de Cervantes? ¿O habría otro "genial" Almodovar dirigido otra de sus películas genuinas sobre hechos tan cercano a tu propia tierra natal en Calzada de Calatrava en la propia Mancha?
Llama otra vez la atención industria cinematográfica anglosajona, su capacidad de construir relatos sobre obras propias y ajenas a su propia cultura. Quizá no nos damos cuenta, pero con frecuencia y para muchas personas, la historia acaba convirtiéndose no necesariamente en lo que pasó, sino en los que la relatan han contado que pasó.
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