Es difícil restarle importancia al tema central de la película "La vida de
Nisha": la difícil integración de la cultura musulmana en Europa, y el papel de
la mujer en las sociedades musulmanas. En su último libro, el famoso
historiador israelí Yuval Noah Harari califica a la migración como uno de los mayores
retos para la supervivencia futura del proyecto europeo, cuyas señas de identidad han
sido históricamente el multiculturalismo y la libertad.
“El viaje de Nisha” es una descarnada micro historia del choque de
culturas, entre la cada vez más secularizada Europa y el tradicionalista y rígido
sistema de creencias de los países de religión musulmana. Porque está
demostrado por los genetistas que las diferencias de comportamiento se deben en
más de un 95% a diferencias culturales y no a que tengamos genes distintos.
Pero si la Historia de la Humanidad se ha conformado a través de las
migraciones, ¿por qué ahora esa preocupación?
Para empezar, está la llegada de internet y las mejoras en las
comunicaciones, que no han hecho sino acelerar el tránsito de inmigrantes que
buscan un mejor futuro y que proceden del Norte de Africa, Oriente Medio, o
Este de Europa. Además, están las mafias y los políticos corruptos que rigen
muchos de estos países. En etapas anteriores, las grandes migraciones provenían con
cierta frecuencia de ocupaciones de territorios por parte de un conquistador, y
este impone su cultura, como sucedió en las dos guerras mundiales, la invasión
de Rusia y China por Japón a comienzos del siglo XX o antes los procesos de conformación
de imperios como el español o el británico. Estos procesos casi no existen
desde 1945.
Sin buscar la generalización, la cultura en los países islámicos no ha
cambiado mucho en los últimos siglos: estructuras de relación casi tribales con
la familia y los amigos cercanos como nodo principal, códigos de honor
estrictos, predominancia del hombre frente a la mujer, y con cierta frecuencia,
un matriarcado guardián de las tradiciones.
Frente a ello, los países europeos han desarrollado en los últimos siglos
crecientes identidades nacionales, ligadas a los logros conseguidos en materia
social y económica, y por tanto, hay una fuerte cultura y formas de vida en los
países de llegada presididos por la libertad, la búsqueda de la igualdad entre
géneros, la educación liberal y la economía de mercado.
Pero cuidado, todavía hoy no existe una identidad europea ni una forma “europea”
de afrontar este reto, sino muchas identidades nacionales con sensibilidades
distintas. Y tampoco los países emisores de inmigración musulmana tienen una única
cultura. El problema se complica porque ambas culturas piensan que tienen razón.
Los rígidos sistemas de comportamiento de los musulmanes son con frecuencia un
asidero ante un sistema que no comprenden. El futuro inevitable ha de ser
un acuerdo intercultural donde de alguna forma los inmigrantes han de aceptar
ciertas reglas de los países de acogida. Al tiempo, aquellos aportan el valor
de la comunidad y los fuertes vínculos, frente al problema de la soledad que
cada vez más atenaza a los ciudadanos en Europa.
Nisha, una joven paquistaní que vive con su familia afincada en Noruega nos
recuerda los barrios de inmigrantes que de forma creciente es establecen en los
suburbios de algunas ciudades europeas. Nisha es una joven noruega, perfectamente
integrada, que rompe el código de honor de la familia, lo que a su vez pone en peligro la relación con su comunidad.
"El viaje de Nisha" es una vuelta forzada a sus orígenes en Pakistan, cultura
fascinante donde las haya, donde Nisha comprueba que ella tampoco pertenece a
ese mundo. La crudeza del devenir de esta micro historia compone un relato
estremecedor de la primacía de los valores de la comunidad en detrimento del
individuo y en especial de la mujer. El amor conyugal no se planifica de partida, los matrimonios se
convierten en partidas en el ajedrez de las relaciones sociales. Pero al final, el amor
paterno no muere y se sacrifica, pese a la ofensa de honor. En “El viaje de
Nisha” hay al final esperanza, ilusión, comprensión, una aceptación de la
primacía de la libertad de elección, posiblemente uno de los mayores logros de
la civilización occidental. Para Nisha su elección supone el desgarro más
profundo.
En suma, una película que relata magníficamente los problemas de integración
de las primeras generaciones de musulmanes dentro de los países de cultura
occidental.
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