Esperar sin esperanza es la gran condena a la que se enfrentan muchas personas encarceladas. Libertad privada por sus delitos, con muchos años por delante, mientras sigue la vida. Otras personas también están fuera, viviendo el día a día, esperando que cambie la suerte, unos con más ahínco que otros, unos sin conseguirlo, otros sí. Y a veces, llegan las oportunidades, se alían con la suerte y cuando se aprovechan, decimos que hemos triunfado.
Esta es la trama de la película "El triunfo", una comedia francesa del director Emmanuel Courcol, magistralmente interpretada por el expresivo actor Kad Merad, también actor principal en Bienvenidos al Norte. Etienne (Kad) es un actor fracasado en la vida que dirige un taller de teatro en un centro penitenciario en Francia. Con la colaboración de la directora, consigue que un grupo de presidiarios interprete la obra de Samuel Beckett, "Esperando a Gadot". Beckett es un dramaturgo que ha expresado en sus obras el absurdo en la vida, y la obra es la historia de dos personas que espera a alguien que nunca llega.
Courcol elige a una interpretación cómica y simpática del director del grupo de teatro y de los presos que conecta al espectador con los personajes, evitando juzgarles y concentrando la atención en la preparación del rodaje de la obra de teatro y en el éxito creciente que va alcanzando su puesta en escena.
Es una película positivista, un camino donde todos van ganando. Etienne, porque consigue motivar y despertar el talento interpretativo de los presidiarios. Estos, porque consiguen respirar la libertad fuera del opresivo ambiente de monotonía que rige en las cárceles. Toda la sociedad gana cuando se produce una reinserción, un descubrimiento de capacidades y motivaciones que no siempre se consigue en los presidios.
La película es profundamente humana y expresa las frustraciones de las personas, que en el fondo tenemos ansias similares, en distintos grados, estemos a un lado o al otro de las rejas. Los presidiarios están privados de libertad física, y muchas personas están en la cárcel de sus circunstancias, en un bucle del que no saben salir. Unos y otros necesitan salir y encontrar su sentido en la vida, pero la meta no es la misma.
Para Etienne, el triunfo ya fue la primera interpretación de la obra. Las siguientes representaciones formaban parte de la carrera hacia su concepción del éxito, la sublime superación de su fracasada vida previa. Pero el triunfo final que Etienne va a conseguir no significa lo mismo que para los actores de su compañía.
El triunfo está basado en hechos reales.
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