Anatomía de una caída

"Anatomía de una caída" ("Anatomie d´une chute"), es un thriller psicológico en torno a una muerte violenta, desenlace de una relación de una pareja con un hijo, el punto de no retorno. 

¿Cómo llegaron hasta aquí, qué pasó, y qué vida queda por delante?

Con guion de la también directora Justine Triet, la interpretación de Sandra Huller en el papel principal, "Anatomía de una caída" se ha presentado con las credenciales de una película de culto para cinéfilos y con varios galardones además de los puestos de cabeza de los dramas en pantalla de 2023. 

Si se ha leído "Anatomía de un instante" del escritor Javier Cercas, sobre la anatomía del momento histórico que fue la toma del congreso de los disputados español en 1982 por el coronel Tejero, Anatomía de una caída es una disección de una relación de pareja que termina en tragedia. Como muchas de las que hoy suceden y que inundan los medios de comunicación. Sin restarle mérito al interés de la película, muchos espectadores agradeceríamos también películas sobre anatomías de momentos históricos con la calidad que la directora lleva "Anatomía de un instante" a escena. 

Sin ánimo de anticipar contenidos, el espectador se convierte en juez o jurado del caso, y las casi dos horas y media de la película se convierten en largas pero sufribles por la tensión narrativa de los acontecimientos. La guionista directora se encarga complicar la historia introduciendo elementos relacionados con la realización personal y profesional, la educación, la sexualidad, el origen cultural, la soledad o el sentido de la vida. 

La caída es el hecho y el desenlace no deja al espectador con una opinión única, y en ello es brillante la película, dejando las semillas de la reflexión para que germinen en cada mente. Las mejores películas son aquellas que dejan un eco propio en el espectador. Por ello no es una película de entretenimiento, sino para ver con un espíritu determinado, y aun así, no a todos gustará. Sí habría que admitir que es exquisita en los vericuetos de la trama y en las interpretaciones. Los planos de la fotografía se acomodan al relato, las escenas tienen la duración correcta para mantener viva la atención del espectador, y el sonido de fondo acompaña bien sin ser protagonista. 

Quizá sí hay que mencionar el sistema judicial francés, que en "Anatomía de una caída" transmite una sensación de flexibilidad y dinamismo que no se sabe si es real o si la directora lo tunea para que se adapte mejor al argumento de la historia. 

El cine francés sigue haciendo buenas películas.