lunes, 22 de abril de 2024

Hispanoamérica

 
¿Latinoamérica o Hispanoamérica? Podría ser la pregunta en tono tímido de un español cuando se dirige a un nacido en cualquier país de Centroamérica o del llamado Cono Sur. 

Nótese que en el orden de la pregunta ya hay implícito un sentimiento de secundariedad, como si fuera más lógico el origen latino del término que el hispano. 

Y si bien es cierto que lo hispano pudo ser previamente de origen latino, no lo es menos que la vertebración hispana no existía en la época latina o de dominación romana. España fue tierra de paso de muchos pueblos: fenicios, cartagineses, romanos, godos y musulmanes, entre otros grupos menores, hasta que se asentó el concepto hispano-español como consecuencia de la unificación de los reinos de Castilla y Aragón y la expulsión de los musulmanes. La antigua provincia romana Hispania, distinta de Lusitania, se convierte en España partiendo del germen dejado por los Reyes Católicos y sus sucesores. 

Por ello, la película documental "Hispanoamérica" es toda una lección histórica de la importancia del legado y la acción de los españoles durante los tres siglos que duró el imperio español en las denominadas provincias de América. Como se explica, hay poco legado latino, francés o italiano, en la cultura de esos tres siglos. Y por supuesto, no hay nada anglosajón, inglés o estadounidense, salvo a partir de la guerra la independencia de los Estados Unidos, en la recuperación de los territorios de California, Florida, Luisiana, en su momento descubiertos por españoles, después parcialmente propiedad de México y finalmente incorporados a Estados Unidos. 


La película "Hispanoamérica" es una reivindicación informada donde exponentes de la cultura de distintos países americanos (México, Perú, Colombia, Bolivia, Venezuela, Argentina, Ecuador, Estados Unidos), explican aspectos de la lengua, la profunda tradición católica, el arte y la arquitectura, la música, la educación y las universidades, la música, el propio arte barroco como elemento de expresión de la renovación creativa que supuso el descubrimiento e incorporación del Nuevo Mundo. 

"Hispanoamérica" refuerza el desmonte del mito de que los españoles destruyeron la supuesta arcadia de los aztecas, los mayas y los incas por la fuerza del acero, las armas de fuego y de los caballos, entonces desconocidos en esas tierras. Estos pueblos nativos vivían enfrentados a muerte, sin ninguna noción de colectividad, con el deseo de masacrar a tribus distintas de la propia. Hernán Cortés tomó Tenochtitlan con el apoyo de las tribus contrarias a los sanguinarios mexicas, contando con solo 900 hombres y cerca de 100.000 nativos. 

Los españoles, a través de los vierreinatos y sistemas de vigilancia (como los oidores) de los preceptos que emanaron sobre todo de Isabel la Católica y de Carlos V y Felipe II más adelante, concibieron a los nativos americanos como súbditos con derechos muy similares a los españoles, de forma que les fueron otorgados títulos nobiliarios (caso de Catuño) y se facilitó el matrimonio de hombres y mujeres nativos con españoles. La historia de la relación de Hernán Cortés con Marina (conocida como Malinche) es una más de los casos de mestizaje que alienta la Corona española. 

Contrariamente a los alegatos de la leyenda negra española (más bien antiespañola) propagada por estadounidenses, británicos, franceses e incluso holandeses (todo imperio acaba teniendo más enemigos que amigos, aunque tarde en darse cuenta), el mestizaje español dio lugar a una minoría social dominante, los criollos, que se convirtieron en la élite dominante que primero acató ser parte de la Corona española, para reivindicar el poder en el declive del imperio español, entre los siglos XVII y XVIII, ante el auge del modelo de estado republicano producto de la Revolución Francesa y sus ecos expansivos. Momento que coincide con la expulsión de los jesuitas por Carlos III, habiendo sido estos el principal bastión educativo en Hispanoamérica.

Por tanto, España no colonizó ni laminó a la población local en masa, como sí ocurrió con y en Estados Unidos con la archi retransmitida Conquista del Oeste, que la fábrica de relatos de Hollywood se encargó de envolver en un manto de buenismo, cuando en realidad se masacró a la casi totalidad de la población indígena de América del Norte, hoy casi desaparecida. Véase la diferencia con la población indígena del centro y sur de América. 

En suma, "Hispanoamérica" es una meritoria y necesaria reparación de la verdad de la conquista de los españoles de las tierras del Nuevo Mundo, que no necesita de una leyenda blanca. Quizá es insuficiente por sí sola, ya que hay que romper el relato actualmente imperante, y en los tiempos de los medios digitales y de las grandes producciones cinematográficas el poder del capital lo es casi todo, y este está en Estados Unidos, en menor medida en Europa, y crecientemente quizá en China en la otra parte del mundo. 

Necesitamos no solamente verdades de películas documentales, sino verdades bien relatadas para el público del siglo XXI. Incluso verdades en formato de historias, que cuenten bien la Historia. 

En el siglo III a.C. el conquistador Alejandro Magno protagonizó una gesta similar a la de los Reyes Católicos con la expansión de la cultura que emanaba de sus principios y de la religión católica. Alejandro Magno venció al temible imperio persa uniendo a los distintos pueblos griegos bajo del dominio del reino de Macedonia, y expandió la cultura helénica hasta los límites de la India. 

Ese legado se reconoce y se recuerda aún hoy 24 siglos después, al menos en Occidente. La gesta de España en Hispanoamérica, y sus profundas raíces que aún hoy perduran visiblemente, debería ser reconocida sobre todo por los propios americanos, y por los españoles acobardados y desconocedores de nuestro pasado. 

Es difícil llegar a buen puerto si no se sabe de donde se ha salido. 

1 comentario:

  1. Tuve ocasión de ver "Hispanoamérica" este fín de semana. Gracias Enrique por recoger tan fielmente y contar tan acertadamente la esencia de "Hispanoamérica". Me atrevo a añadir la excelente factura de la película y la muy notable banda sonora que además refrenda la contribución de un par de musicólogos, uno chileno y otro español, que tocan los aspectos del "mestizaje musical" entre las distintas facetas del la "nueva raza" que surgió fruto de la Hispanidad, la Mestiza.

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