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Amy Winehouse, proveniente de una familia judía trabajadora, mostraba desde la adolescencia problemas con el alcohol y se rodeaba de personas con adicciones. Amy era una persona vulnerable, cuyo principal y único factor de protección parecía ser su abuela, la única que la entendía completamente. Curiosamente, siendo de una familia judía y trabajadora, Amy se relacionó con personajes de una esfera social diferente. Esta relación no se comprende del todo en el contexto de su vida.
El papel del padre en la vida de Amy es ambiguo. Parece que no la apoyó lo suficiente y que, ante los trastornos mentales de su hija, como el TCA (trastorno de la conducta alimentaria) y sus adicciones, ambos padres miraron hacia otro lado. ¿Podemos culparles? Esta es una reacción común entre los padres que no saben cómo enfrentar estas situaciones. En contraste, la abuela detectó el problema desde el principio. La película parece estar contada desde la perspectiva de la familia, quizás desde el punto de vista del padre, lo que deja a la madre en un segundo plano. Esto plantea la cuestión de si la biografía es completamente imparcial.
La relación amorosa de Amy con su novio plantea dudas: ¿es amor o aprovechamiento? Amy, una mujer vulnerable, se pierde en esta relación. No se entiende cómo una chica con un carácter tan fuerte puede caer en el maltrato, la dependencia y las adicciones junto a su novio. Él logra salir, pero deja a Amy en la oscuridad (back to black). Amy toma una decisión dramática tras descubrir que su novio tiene otra novia y un hijo, algo que no pudo soportar.
Su círculo social y afectivo más cercano parece aprovecharse de ella. Es difícil entender cómo todas las personas que vivían de ella - músicos, bailarines, discográficas, familia, etc. - no pudieron ayudarla adecuadamente. La difícil situación de sus padres podría haber sido un detonante para el inicio de sus adicciones. Los paparazzi juegan un papel crucial, haciendo que Amy se sienta miserable, contribuyendo significativamente a su trágico final.
Amy tenía un don excepcional para la música. Las letras de las canciones, compuestas por ella misma, reflejan su estado de ánimo, aunque, al verlas traducidas, uno se da cuenta de que la música está por encima de las letras. Camden Town, el barrio donde se desarrolla la película, es un lugar con el que Amy se identifica más que con los usos y costumbres judíos. Todo ocurre allí. La música es el hilo conductor de la película.
Desde temprana edad, Amy mostró su talento: su madre le cantaba éxitos de Frank Sinatra, lo que tuvo una gran influencia en ella. Comenzó en la escuela de teatro a los cuatro años, recibió su primera guitarra a los 13 y empezó a componer a los 14 años. Formó parte de una banda de chicas, iniciando así su carrera musical.
La actuación de Marisa Abela es impresionante. Sin pretender eclipsar a la verdadera Amy, logra una interpretación poderosa, aunque la mirada de Amy es difícilmente replicable. En cuanto a la dirección y cinematografía, la película es lenta en su desarrollo, lo que puede resultar tedioso en algunos momentos. Sin embargo, está bien documentada y logra capturar la esencia de Amy Winehouse.
Puede decepcionar que Amy no represente ningún valor significativo para las mujeres ni para ningún colectivo en riesgo de exclusión. A pesar de esto, la película documenta de manera efectiva su vida y su legado. La relación entre los dos protagonistas es ambigua: ¿es buena o mala? Esto queda en el aire, dejando espacio para la interpretación del espectador.
En conclusión, "Back to black" es una biografía que nos permite comprender mejor la vida y el trágico final de Amy Winehouse, aunque con algunas lagunas y una narrativa que podría haberse profundizado más en ciertos aspectos de su vida y carrera. Es una película esencial para quienes desean conocer más sobre este icono de la música contemporánea.
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