Si como muchos libros las películas son fuente de mensajes y nos hacen
reflexionar, ésta es una película para muchas personas, si nos quitamos los arquetipos
de los prejuicios y las etiquetas. Si reconocemos que todas las historias que nos
cuentan no contemplan ni toda la verdad ni todos los casos. Si admitimos que
cada director tiene sus propias formas de retratar la realidad que él quiere. Después
de analizar lo que la película nos transmite, seguramente hemos renovado o
fortalecido nuestra propia reflexión u opinión previa al respecto.
“La noche de las dos lunas” es casi un relato onírico de una historia real
trufada en su realización y trama para hacer que el espectador se retranque en
la butaca y navegue sobre el lento desarrollo de esta cinta.
Construida con un mimo estético y una preciosidad improbables sobre un Caracas
imaginario, “La noche de las dos lunas” nos sumerge de lleno en el debate de la
paternidad o podríamos decir mejor maternidad.
¿Es "más madre" la gestante del recién nacido o aquella que más lo desea y lo
pierde por un error improbable de una clínica de fertilización? ¿Es "ser madre" más
un hecho biológico o un sentimiento? ¿Refuerza el sentimiento materno el ser
madre biológica? Hay muchas mejores madres por adopción que por naturaleza. Ser
madre es un regalo biológico que la naturaleza ha otorgado a la mujer, pero para
saber ser madre hay que cuidar y educar ese sentimiento de amor y ayuda para
que florezca y crezca la nueva vida durante su andadura.
¿Y qué opinan los hijos? ¿No somos todos también "arte y parte" a la hora
de decidir cómo sentimos a nuestra madre y quien es nuestra madre? Todos hemos
sido hijos biológicos y por tanto sabemos lo que es una madre, o desgraciadamente
algunos puede que no hayan tenido la ocasión de conocerla o poderla sentir como
tal. Sí parece demostrado que en el equilibrio de la personalidad contribuye
fuertemente el haber tenido una “paternidad” ponderada, con valores suficientes
y también aportada por parejas heterosexuales, aunque es probable que no haya
suficiente historial para ser concluyente en este punto.
“La noche de las dos lunas” nos sumerge en un debate de nuevo cuño propio
de la evolución de la sociedad, donde las formas de organización de la familia
son cuando menos más fluidas y variadas que las que hemos tenido hasta hace pocos años.
Por ello, el crisol de reflexiones que ofrece esta película es notable si miramos más allá de la trama edulcorada por deseo del director. Nos ofrece
reflexiones sobre fenómenos "nuevos" como la maternidad subrogada, las madres
solteras, la adopción, las nuevas formas de organización familiar. La propia fecundación
“in vitro”, técnica ya en existencia desde hace muchos años, no deja de ser la
antesala de otro cambio mucho más importante en forma de concebir nueva vida que tendrá consecuencias mucho más trascendentales en los sentimientos, en las
emociones, en toda la estructura no biológica que necesitamos los humanos para
desarrollarnos como personas.
Otro debate interesante que nos ofrece “La noche de las dos lunas” es la
creciente dificultad del derecho natural para interpretar los nuevos conflictos.
El derecho natural postula que la ley está del lado de la naturaleza humana y
en este caso parece que la gestante es el sujeto más legítimo de derecho. Con nuevas
leyes estamos cambiando los sistemas legales y cuestionando el alcance del derecho
natural en aspectos que nunca hasta ahora habían sido necesarios.
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