La película, con mucha sensibilidad y delicadeza, irradia los buenos sentimientos de la mayoría de sus protagonistas y la gran profesionalidad, y rapidez por parte de los funcionarios de la administración y de los colaboradores habituales de dicho sistema. Cabe preguntarse si esta es la situación habitual en ese país, y en el nuestro….
La película ha emocionado a muchos, parece tener una perspectiva muy femenina y con mucho énfasis en las miradas. Si bien está muy centrada en el proceso de acompañamiento en el proceso de adopción, tiene algunas pocas pinceladas adicionales que completan el relato y le confieren un toque de humanidad a lo que podría haber sido el simple reportaje de un caso concreto: algunos conflictos entre parejas potencialmente adoptantes, que aparecen más o menos fugazmente, el conato de romance de una de las asistentes, tan profesional ella por otra parte, el papel decisivo del hombre adoptante provisional….
También destaca el contrapunto entre la madre biológica (de unos 20 años) que aguanta el embarazo hasta el final, teniendo decidido no quedarse al recién nacido, y la madre de adopción (de unos 40 años y más de 10 años deseando adoptar), que solo al final da el único beso, a lo largo de toda la película, al precioso niño; llamó la atención que el sistema (y los profesionales implicados) permitió preservar el anonimato de la gestante, desde el primer momento y en todo momento posterior…
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